Pequeñas líneas rosadas abrazadas por líneas opacas recorren trece estaciones de metro cambiando de lugar arriba, abajo, abajo, arriba. Sintiéndose sin parar. Separadas por segundos, milímetros hacen un pequeño círculo por donde pasa el aire pesado del subterráneo sólo para después cerrarlo por miedo a perderse.